¿CÓMO NOS SITUAMOS ANTE LOS CAMBIOS EN NUESTRA EMPRESA FAMILIAR?

Somos parte del mundo y este cambia de manera acelerada. Como dice John Davis “Alguien, en algún lugar, eventualmente hará lo que haces más barato y más rápido y quizás mejor y quizás con tecnología que no usas. Las industrias ahora maduran más rápidamente y algunas industrias desaparecen. No solo puedes ser bueno en la excelencia operacional, también debes entender tu industria, anticipar cómo está cambiando y reconocer cuando el juego que has estado jugando se ha movido a una liga en la que no puedes competir”.

Las empresas familiares se caracterizan, en general, por la pasión con la trabajan, el deseo de continuidad, de largo plazo, el mantenimiento de los valores de la familia empresaria, su espíritu de austeridad, de cuidar la empresa y no retirar recursos que son necesarios para el crecimiento de la misma. Todo esto hace que las empresas de familia tengan enormes fortalezas. Ahora bien, y tal como dice Davis, las industrias ahora maduran más rápidamente y para no desaparecer, hace falta, entre otras cosas, anticiparnos a los cambios. Es decir, tener la mente abierta a lo que sucede en el mundo, que se está demandando y que puedo hacer frente a esto.

Toda empresa, ya sea familiar o no, surge de la idea de un emprendedor, que, con esfuerzo y acompañado por su familia, logra llevarla adelante y fundar una empresa. Ahora bien, para que esa empresa de familia logre seguir competitiva en el tiempo necesita fomentar y mantener ese espíritu emprendedor con el que nació.

Es necesario que volvamos a reflexionar nuestra Visión, nuestro sueño como empresarios familiares y en los valores en los cuales nos hemos apoyado y nos apoyamos en la actualidad para llevar nuestro propósito adelante.  Según Davis, “Las familias deben definir lo que están tratando de lograr, cuál es su propósito o visión, y los valores que desean utilizar en sus negocios”. Deben identificar líneas de negocios u oportunidades para un valor creciente que se alinee con su misión y valores.

El grupo Michelin empezó fabricando máquinas para uso agrícola, pero cuando los hermanos André y Édouard tomaron las riendas y revitalizaron el negocio que había fundado su abuelo, pronto empezaron a diversificar. Comenzaron fabricando pelotas de caucho para los niños. Más tarde, vieron una oportunidad de negocio en la fabricación de ruedas de bicicleta que el propio ciclista pudiera reparar y cuando se generalizó el uso de los automóviles, no dudaron en fabricar neumáticos para estos nuevos vehículos.

Es imprescindible entonces el detectar las oportunidades fomentando el espíritu emprendedor que hace a la esencia de las empresas de familia.

El innovar, ya sea en productos nuevos o en la mejora de los que ya ofrecemos o bien en los procesos, hace que nuestra empresa familiar se mantenga ágil y preparada para los cambios.

Volviendo a Michelin, y como expresa Josep Tàpies, al apostar a la innovación y a la investigación y desarrollo, lograron grandes avances. A la patente del neumático desmontable en 1891 le siguieron muchas otras. En 1913 lanzaron al mercado la rueda de acero y diez años más tarde, el neumático de baja presión. En 1946 revolucionaron el mercado con el neumático radial, que en 1955 ya había sido adoptado prácticamente por todos los fabricantes europeos de vehículos. En 1981 lanzaron el neumático Michelin Air X. Es decir, de una empresa que en el año 1832 era de maquinaria agrícola, se transformó, al detectar una oportunidad, en una fábrica de neumáticos reconocida en el mundo.

Por lo tanto, lo que debemos mantener y hacer crecer en nuestras empresas familiares, es el espíritu por el cual nacieron, sin tener miedo a cambiar. Si la oportunidad del mercado nos indica que debemos desarrollar nuevos caminos, el aferrarnos a “lo que venimos haciendo” puede ser muy dañino para nuestras empresas.  Por supuesto que, antes de “hacer un giro”, analizaremos las nuevas propuestas de valor utilizando distintas herramientas, elaborando un plan de negocio y contando siempre con un buen asesoramiento. Pero quedarnos haciendo lo mismo por miedo a cambiar o por “comodidad” y sin estar atento a lo que sucede a nuestro alrededor, puede ser mortal para nuestras empresas familiares.

Como bien dice Josep Tàpies, la innovación es la clave para la continuidad de las empresas, ya sean familiares o no.

“Innovar es hacer cosas nuevas”. Dicho de otra manera, “innovar es crear”, en palabras de Miquel Lladó, que sostiene que también se puede innovar haciendo las mismas cosas de un modo distinto.

¿Y cómo se consigue hacer cosas nuevas o hacer las cosas de otra manera? Se requiere “una visión pluridisciplinar, integradora y que entregue resultados mientras avanza”, apunta el profesor Vilà. Sin resultados no hay innovación, solo ideas. Por eso hay que tener claro el propósito que se persigue. “Si una empresa detecta que necesita cambiar, tiene la semilla para empezar a innovar”.

Ahora bien, ¿Cómo se promueve la innovación en tu empresa familiar?¿Cuentan con mecanismos para fomentar el espíritu emprendedor entre los miembros más jóvenes de la familia?¿Los órganos de Gobierno, en especial el Directorio, se encuentra abierto a proyectos nuevos, promoviendo el desarrollo innovador entre los miembros familiares?¿Destinan un presupuesto anual para Investigación y Desarrollo?¿Nuestra Visión, Misión y Valores promueve la Innovación y fomenta el espíritu emprender entre sus miembros?

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